julio 03, 2010

La sombra de los derechos humanos en EE.UU

Extraído de Aquí
Por Vicky Peláez
16 de marzo de 2010
Publicado originalmente en El Diario NY

“Es más fácil ver la paja en ojo ajeno que una viga en el propio”.Refrán popular
Durante los últimos 34 años, el Departamento de Estado estadounidense emite anualmente un documento sobre los derechos humanos en 194 países. En estos informes se denuncian los abusos, especialmente en naciones que se atreven a salir de la línea ideológica o del modelo económico estadounidense. Por supuesto la ex URSS, Corea del Norte y Cuba fueron siempre sus blancos preferidos. Posteriormente, a medida del avance de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), agregaron a Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Los desacuerdos económicos con China motivaron denuncias contra este país, y lo mismo pasa con Rusia por su geopolítica, cada vez menos subordinada. Pero lo curioso es que el Departamento de Estado nunca evaluó los derechos humanos en Estados Unidos.

Hasta este año, algunos países recibían humildemente las acusaciones, y otros, como Cuba, las rechazaban enérgicamente denunciando abusos en el país del norte. Pero nadie se atrevía a presentar un informe detallado de la situación en EE.UU., como lo ha hecho ahora China en un voluminoso expediente. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, y su homólogo venezolano Hugo Chávez también han anunciado sus futuros informes sobre Estados Unidos.

Y tienen razón para hacerlo. Según organismos de derechos humanos, el país que se autoproclama 'símbolo de la democracia en el mundo', ha asesinado a más de un millón de civiles en Irak y Afganistán. Últimamente, cada semana, las bombas y misiles de sus drones (aviones no tripulados) matan a inocentes en Pakistán. La táctica de contrainsurgencia que EE.UU. y sus aliados europeos aplican en las provincias de Helmand y Kandahar, bajo la consigna: “vaciar los estanques del agua para que los peces (talibanes) mueran”, significa la guerra sucia, es decir desaparecidos, torturados y ejecutados. Además, las prisiones como Guantánamo, Abu Ghraib en Irak y Bagram en Afganistán son el símbolo de barbarie del siglo XXI.

La democracia de Estados Unidos ha institucionalizado la tortura acomodando la Constitución. Nadie ignora que el presidente Barack Obama no ha hecho nada contra la orden ejecutiva de George Bush que permite a los servicios especiales ejecutar a sospechosos en preparación de actos terroristas.

Dentro del país, el gobierno persigue a inmigrantes indocumentados y hasta encarcela a familias enteras o en su defecto deporta a los padres y deja a los niños huérfanos. Esta nación que acusa a Cuba de tener 5,000 encarcelados, incluyendo a 200 disidentes, tiene la población carcelaria más grande del mundo: 7.3 millones de personas que están en prisión o en libertad condicional, lo que constituye el 25 por ciento de todos los encarcelados en el mundo.

El gobierno de Obama permite, en plena depresión económica, que los multimillonarios aumenten sus ganancias en 16 por ciento, mientras 16.7 millones de niños estadounidenses tienen hambre, 3.5 millones menores de cinco años sufren malnutrición y 1.5 millones de niños están desamparados. ¡Y ni qué hablar de los adultos! Nadie lo ve y nadie habla de esto, porque el dios globalizado del dinero, tapa los ojos de los derechos humanos tanto aquí como en Europa.

Vicky.pelaez@eldiariony.com

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