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julio 07, 2010

El derrame de petróleo es la ‘Katrina’ de Obama

Texto extraído de Aquí
Escrito por Vicky Pelaez
01 de junio de 2010
Publicado originalmente en El Diario NY

“Aquellos que no pueden acordarse del pasado están condenados a repetirlo”.George Santayana

La magnitud del derrame del petróleo en el Golfo de México, que comenzó hace 42 días cuando explosionó la plataforma petrolera de British Petroleum (BP), Deepwater Horizon, supera toda imaginación. Unas 400 millas de la costa de Louisiana están contaminadas y dos enormes manchas de petróleo, una de 22 millas de largo, seis de ancho y 3.300 pies de profundidad y la otra de 20 millas cuadradas amenazan la fauna y flora del mar y tierra, no solamente en Louisiana sino en Florida y Alabama. Se calcula que de la tubería averiada, en profundidad de 1.500 metros, se fugan diariamente entre 19.000 a 25.000 barriles del petróleo que se mezclan con 800.000 galones de dispersantes químicos altamente tóxicos utilizados por la BP. Tan grave es la situación que Barack Obama ya declaró que éste es el mayor derrame petrolero en la historia de los EE.UU., de consecuencias ecológicas y socioeconómicas impredecibles, y que no se podría controlar hasta agosto.

Lo que pasa es que la BP no sabe cómo detener el derrame. Nunca se preocupó para desarrollar tecnología de prevención, ni instalar un sistema acústico del cierre automático de tubería que se usa en Europa. Por lo visto, la BP —cuyo valor es de 153 mil millones de dólares y que gana 500.000 dólares en ocho minutos— no quiso gastar en uno de estos aparatos. Dicen también que están empleando 20.000 obreros y pescadores para la limpieza de la costa y del mar pagándoles 12 dólares al día.

Sin embargo, la realidad de esta limpieza la revelaron los medios de Louisiana después de la visita del presidente Barack Obama a la isla “Gran Isle”. Dos días antes solamente 12 obreros limpiaban el lugar, pero un día antes de la llegada de Obama, la BP contrató 400 obreros uniformados que desde la vista aérea daban la impresión de eficiencia y organización. El presidente fue complacido. Apenas se alejó su helicóptero, los obreros se quitaron el uniforme y se fueron en buses amarillos de la BP.

Si la limpieza es así, podemos imaginar cómo será el pago a los perjudicados. La BP contrató a abogados que les exigen declaraciones de impuestos. Los más perjudicados son los pescadores a quienes, en su mayoría, sus empleadores prefieren pagarles en efectivo. Entonces, no recibirán nada. Nadie sabe realmente el destino de casi mil millones de dólares que pagó supuestamente como indemnización la BP. Mientras tanto el gobierno queda impotente frente a la petrolera. Barack Obama tuvo que pedir 10 millones de dólares al Congreso para investigar a la petrolera, que junto con sus otras “hermanas” puso en su bolsillo a la Casa Blanca y al Capitolio ‘lo suficiente’ para que relajaran las leyes de extracción.

Este derrame no es el primero, es el número 39 desde 2007. Después de esta tragedia, el Departamento del Interior ya otorgó 27 permisos de perforación en la alta mar y dos ellos para la BP que exige lo mismo en Canadá. Con la ganancia de 93 millones dólares al día, la BP puede tener los mejores cabilderos para los cuales el único Dios es el dinero y la naturaleza es simplemente un medio para enriquecerse.

Vicky.pelaez@eldiariony.com

Obama campeón deportador de indocumentados

Extraído de Aquí
Escrito por Vicky Pelaez
25 de mayo de 2010
Publicado originalmente en El Diario NY

“Justicia sin misericordia es crueldad”Santo Tomás de Aquino
Zeituni Onyango, la tía del presidente Barack Obama, ya puede respirar tranquilamente en su modesto hogar de Boston.

La orden de deportación que pendía sobre ella desde 2004, fue anulada por la corte de Inmigración y le han concedido asilo político en los Estados Unidos. La alegría de Zeituni, que vivía en los Estados Unidos desde 2000 sin papeles, fue compartida y envidiada por los casi 20 millones de indocumentados que continúan bajo permanente peligro de detención, encarcelamiento y expulsión del país.

A todos les gustaría ser primos, tíos y ahijados de Barack Obama. Sin embargo, su realidad es diferente en este país donde la campaña antiinmigrante, orquestada por los republicanos con el apoyo implícito del gobierno, se hace cada vez más intolerante, racista y xenofóbica.

Mientras, Obama ni se acuerda de sus promesas de legalización ni las exhortaciones al pueblo cuando declaraba que “América no tiene que tener ningún miedo a los inmigrantes” y que “los nuevos inmigrantes latinos solamente favorecerán al enriquecimiento de nuestro país”. También dijo el 28 de junio de 2008 we must recognize the humanity of immigrants: because we are all Americans. Todos somos americanos. And in this country, we rise and fall together”.

Bastó un año, y al igual como a George W. Bush ese sentimiento se desvaneció del alma, del cerebro y de los gestos de Barack Obama. Ahora resulta que su administración está en vías de deportar la cifra récord de 400 mil personas en 2010, un 70 por ciento de los cuales son indocumentados no criminales capturados en agresivas redadas y operativos policiales locales, estatales y federales.

La linda y justa frase de Obama “todos somos americanos”, excluyó de facto a los indocumentados, arrojándolos a la inseguridad, desconfianza y el miedo. Sin embargo, el silencio cómplice de la prensa y del resto de habitantes fue sacudido hace unos días cuando, por milagro apareció la voz de una niña de 7 años de edad, Daisy Cuevas, de padres peruanos, quien increpó inocentemente a Michelle Obama durante su visita a su escuela en Silver Spring (Maryland): “mi mamá dice que Barack Obama está sacando a todos los que no tienen papeles” y al recibir la respuesta de la primera dama que el gobierno está trabajando para que “la gente pueda estar aquí con los documentos adecuados”, le contestó quejosa y procupada: “¡pero es que mi mamá no tiene documentos!”.

La inocencia de la niña transmitió al mundo el miedo con que viven los inmigrantes día a día, siendo sus hijos los primeros catalizadores y también víctimas de la inseguridad. Daisy fue bautizada inmediatamente por los medios de comunicación como “el rostro de los indocumentados” y “la vocera de los indocumentados”. Pero de allí no pasó nada. El gobierno se quedó tan mudo como Michelle Obama. Pero el susto de la madre de Daisy, Natalia Julca, que se desempeñaba como empleada doméstica, fue tan grande al verse descubierto su estatus ilegal, que se ha escondido junto con su hija temiendo la persecución policial.

Por el momento el Departamento de Seguridad Nacional dice que no emprenderá acciones contra la madre de la niña, pero nadie sabe cuánto durará esta tolerancia oficial ni qué pasará con Daisy y su mamá, tan pronto como ambas dejen de ser noticia.

Vicky.Pelaez@eldiariony.com

julio 05, 2010

El mito y la realidad del desarme nuclear

Extraído de Aqui
Por VICKY PELAEZ
13 de abril de 2010
originalmente publicado en El Diario NY

"La paz puede convertirse en el peligro para la paz"
Robert Gates, Secretario de Defensa
El nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), entre los Estados Unidos y Rusia, firmado hace unos días por Barack Obama y Dimitri Medvedev, no representa un significante desarme nuclear y no hace al mundo más seguro, es sólo una modificación del tratado anterior. Estos dos países almacenaron tal cantidad de armas destructivas que su mantenimiento ya no es rentable ni les da ninguna ventaja.

Actualmente, EE.UU posee 5,200 ojivas nucleares en estado operacional y Rusia, 4,850. Ambos disponen en total de 12,350 ojivas de reserva que no están listas para lanzamiento pero no están desmanteladas. El nuevo arreglo permite a cada país tener 1,550 ojivas nucleares listas para lanzamiento a un alcance de 5,500 kilómetros, y no limita el número de las armas nucleares almacenadas. Se sabe que para destruir el mundo se necesita menos de 1,000 ojivas, entonces en realidad no ha pasado nada. La paz sigue siendo un anhelo lejano de la humanidad.

La reciente autorización de Obama de invertir cinco mil millones de dólares para mejorar la efectividad y velocidad de los misiles balísticos intercontinentales, con ojivas nucleares desplegados en tierra, a bordo de bombarderos y submarinos, y la creación de ojivas nuevas con mayor capacidad destructiva, confirma que los planes de Norteamérica siguen intactos. El nuevo tratado mantiene silencio total sobre 200 bombas nucleares tácticas B-61 de corto y mediano alcance que tiene Estados Unidos en seis bases estratégicas en Bélgica, Alemania, Italia Holanda y Turquía. ¿Y quien sabe cuantas más podría tener en sus 1716 bases militares en el extranjero: 716 en Europa, Medio Oriente, Asia, Japón y Corea del Sur; 300 en Irak y 700 en Afganistán?. Si a todo esto agregamos 1,365 armas nucleares que posee la India (70), Pakistán (45), China (400), Israel (300), Francia (350) y Gran Bretaña (200), y tomamos en cuenta el recorte anunciado por Rusia y Estados Unidos, estaríamos frente a 17,015 armas nucleares listas para barrer el planeta.

Para la mayoría de la humanidad esto es horripilante, pero para la minoría globalizadora, con Estados Unidos a la cabeza, es un instrumento para conquistar, dominar y controlar el destino del mundo. Rusia representa el primer obstáculo para las ambiciones expansionistas norteamericanas. Los rusos lo saben y lo expresaron durante las conversaciones sobre el contenido del nuevo START. Obama se negó a poner límites para los nuevos "escudos" antimisiles que Estados Unidos se prepara para instalar en Polonia, República Checa y en Bulgaria, que no es de carácter defensivo sino de ataque, y no son contra Irán y Corea del Sur sino contra Rusia. Por eso, los rusos declararon que el despliegue de "escudos" norteamericanos le dan todo el derecho de abandonar este tratado.

El desarme nuclear es un mito, la carrera armamentista sigue intacta. Lo que Estados Unidos logre economizar en el recorte de ojivas nucleares lo destinará a la perfección y la creación de la nueva generación de las armas convencionales, especialmente de misiles intercontinentales balísticos capaces de alcanzar cualquier blanco en el mundo en una hora, y destruirlo por completo. Esta es la nueva doctrina de guerra de Obama y se pondrá en marcha en el próximo mayo.

Vicky.pelaez@eldiariony.com

julio 04, 2010

El Gran Patrón y el golpe en Honduras

Por Vicky Peláez

Extraído de Cuba debate
Publicado originalmente en El Diario de NY
7 Julio 2009

“En Estados Unidos no hay golpes militares porque no tiene embajada norteamericana”.
(Humor latinoamericano)

En Honduras, el eslabón más débil del ALBA, se reestrenó el viejo libreto norteamericano de los golpes militares. Sucede en época globalizada donde se suponía que los guardianes pretorianos estaban completamente domados por la democracia neoliberal. Pero no es así, simplemente se ha puesto en marcha la consigna norteamericana, de que los amigos y las circunstancias en el mundo pueden cambiar pero los intereses estadounidenses siempre son los mismos. Es decir el dominio del mundo. En el caso de Honduras, el Gran Patrón no iba a perder su “portaviones” de golpes militares en América Latina en los últimos cien años.

Fue tajante el presidente depuesto Manuel Zelaya al declarar que “toda la responsabilidad del golpe militar-civil recae en Estados Unidos, y si este país va a convivir con los golpistas se termina la democracia en Honduras”. La respuesta de Norteamérica es clara, Barack Obama no reconoció que hubo un golpe de Estado, no ha roto relaciones con el gobierno de facto de Micheletti, no ha cortado ayuda económica y financiera, y los militares norteamericanos, dicen, suspendieron maniobras con sus subordinados militares hondureños quienes son sostenidos por el Pentágono a cambio de su lealtad. Patriotismo, dignidad y orgullo nacional son ajenos a su ideología del anticomunismo formada en la tristemente célebre Escuela de las Américas. Por algo el ex presidente José Azcona del Hoyo dijo en 1982, que “un país tan pequeño como Honduras no puede permitirse el lujo de tener dignidad”.

El poder civil que se atrevió a reformar el presidente Manuel Zelaya lleva una centenaria carga de obediencia ciega a los deseos y voluntad de la United Fruti Co., en cuyos archivos existe una anotación de 1929 sobre cómo lidiar con los congresistas locales: “un diputado de Honduras cuesta menos que una mula”. Por esto, el atrevimiento de los militares y oligarcas locales de dar un golpe de Estado, expulsar al presidente legítimo, desafiar a la OEA y a la ONU tenía el aval del poderoso amo norteamericano.

Se sabe que todo lo que se planea en Honduras se conoce con anticipación en la más grande base aérea norteamericana en la región Soto Cano, donde no solamente existe la pista de aterrizaje más larga en la región, sino dos estaciones de escucha que controlan todo el fluido de información en Centroamérica. Los golpistas estaban en contacto permanente con los norteamericanos, y el aeropuerto de Soto Cano al igual que todos los aeropuertos no autorizaron el aterrizaje del avión en que viajaban Zelaya y el Secretario General de la ONU Miguel D’Escoto.

El silencio cómplice de Obama, envalentonó a los golpistas quienes aseguran poder sobrevivir sin problemas los próximos seis meses, porque , tanto Europa como estados EE.UU. no suspendieron su ayuda, y el petróleo les llegará de Colombia y México. Sin embargo, para el canciller de facto Enrique Ortez, “Obama es un negrito que no sabe nada, ni siquiera donde está Tegucigalpa”. Si Chávez o Morales hubieran dicho esto, el departamento de estado los hubiera acusado de racismo, pero como Honduras regresó a ser aliado incondicional, le perdonan todo, inclusive la masacre de un pueblo que sigue luchando, y está alentado por la solidaridad mundial.

vicky.pelaez@eldiariony.com

julio 03, 2010

Pinocho en la Casa Blanca

Extraído de Aquí
Por Vicky Pelaez
02 de febrero de 2010
Publicado originalmente en El Diario NY

“Las mentiras, hijo mío, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: los mentirosos que tienen las piernas cortas, y los que tienen la nariz larga”.Carlo Collodi
Desde tiempos remotos la palabra de un hombre se considera como algo sagrado que siempre debe cumplirse porque va en ello el honor. Sin embargo, para algunos su palabra es como ceniza que el viento se lleva, y entre estos está el presidente de los Estados Unidos Barack Obama, quien seguramente no entrará a la historia como el primer afroamericano que llegó al poder, sino como un mentiroso consuetudinario. Lo último en su larga lista ya llegó al colmo. Todo emocionado, prometió al sufrido pueblo de Haití ayuda incondicional, pero apenas pasaron dos semanas y ya el Comando Sur paralizó las evacuaciones de heridos graves a los hospitales de Miami porque no hay quien pague por su cuidado. Los 100 millones de dólares que anunció, se gastaron en los 20,000 soldados y otros tantos contratistas, 23 buques de guerra, 60 helicópteros y 30 aviones, como si Haití estuviera en guerra.

Siguiendo los discursos que le hacen sus escribidores utilizando lo más sofisticado de mercadotecnia para confundir y seducir a la opinión pública, Obama habla de la paz como algo supremo y a la vez promueve la guerra. Entabla conversaciones con los rusos para reducir las armas nucleares y simultáneamente expide un decreto de aumento en 10% de gastos en armas nucleares. Lo mismo hace con los chinos, les promete cooperación estratégica y mientras arma a Taiwán para una futura guerra contra China. Así hizo en Honduras, donde le prometió apoyo al legítimo presidente de Honduras Manuel Zelaya, depuesto por un golpe de Estado, y a la vez le tendía la mano al golpista y usurpador Roberto Micheletti. Obama está jugando con el contenido y significado de la paz y manipulando los postulados de la democracia a su antojo.

Durante la campaña electoral, cual encantador de serpientes, sedujo a los hispanos con la promesa de una reforma migratoria pero este tema ha sido ignorado en sus discursos, sabiendo de la desesperación de millones de indocumentados. Es más, nadie sabe si es por falta de humanidad, cinismo o por ignorancia. Mientras unos 40 millones de norteamericanos –uno de cada ocho– sobreviven con estampillas de comida, y uno de cada cinco de la población sufrió hambre el año pasado, de acuerdo a Gallup, Barack Obama entrega trillones de dólares a Wall Street, permitiendo a sus banqueros distribuir 146 mil millones de dólares en bonos a unos 20,000 de sus allegados.

Parece que no siente ningún remordimiento cuando miente sobre los “signos de recuperación económica”, pues ni toma en cuenta el desempleo real que ya se acerca a un 18 por ciento. Tampoco se da cuenta de que 650 mil norteamericanos ya entraron oficialmente en la categoría de los que “dejaron de buscar el trabajo” y la creciente categoría de trabajo temporal está convirtiéndose en permanente. Obama exhorta austeridad, pero Washington bajo su liderazgo, y en medio del hambre y la desocupación realizó en el 2009 unas 170 recepciones, fiestas, grandes cenas etc. con la asistencia de unas 50,000 personas.

Pinocho, te está creciendo la nariz.

Vicky.pelaez@eldiariony.com

La paz que promete Obama se militariza

Extraido de Aquí
Vicky Peláez
14 de octubre de 2009
Publicado originalmente en El Diario NY

El hombre no es más que la serie de sus actos (Hegel)
Nunca antes la entrega del Nobel la Paz había sido tan mayoritariamente rechazada por el mundo entero. Ni el propio Barack Obama podía creer que había sido premiado por su “anhelo de paz y el desarme nuclear”. Seguramente creyó que le estaban jugando una broma, porque este hombre que prometió paz para ser elegido presidente de los Estados Unidos, está más envuelto en las dos guerras que dijo pondría fin: Irak y Afganistán, es más, se halla planificando la tercera en Pakistán.

Durante los ocho meses de su presidencia Obama se ha convertido en un sofisticado capo de promesas y hasta ahora no ha cumplido ninguna de ellas, ni al mundo ni a su propio pueblo. Habla del desarme nuclear sabiendo que es una ilusión, no sólo en términos del costo sino en los de planes geoestratégicos de los Estados Unidos de dominar a China y en especial a Rusia por recursos naturales.

Desde que asumió, las bases militares norteamericanas en el extranjero aumentaron en ocho: siete en Colombia y una en Italia. Simultáneamente el Pentágono prepara la infraestructura para cuatro instalaciones más: dos en Panamá, una en Costa Rica y la otra en la ex república soviética Georgia. Y todo esto en nombre de la paz y democracia.

¿Merece el Nobel un Obama que se quedó callado mientras Israel masacraba a hombres, mujeres, niños y ancianos en Gaza?. Decía que todavía no era presidente y respetaba las decisiones de George W. Bush. Mientras tanto, los inocentes seguían siendo asesinados, igual como actualmente aumentan los muertos en Afganistán y Pakistán.

El Comité del Premio Nobel sabe de las guerras de Obama, sin embargo le dieron el galardón declarando que lo mereció porque “dio una esperanza de vida mejor a millones de personas”. En ese caso se lo debieron dar a las candidatas a Miss Universo que siempre declaran lo mismo.

En realidad el Nobel de la Paz siempre ha sido instrumento del Gran Patrón. En 1906 lo dieron a Theodore Roosevelt por promover acuerdo entre Rusia y Japón sin tomar en cuenta que éste era considerado “amante de guerra” y uno de los organizadores de la conquista de Cuba y Filipinas. En 1919 lo recibió Woodrow Wilson por formar la Liga de Naciones que nunca previno ninguna guerra. Sin embargo, Wilson ordenó el bombardeó de México, la invasión de Haití y República Dominicana.

Ni que hablar de Henri Kissinger uno de los arquitectos de la guerra contra Vietnam, Laos y Cambodia quien fue distinguido por firmar el tratado de paz con Vietnam en 1973, meses de después de organizar el golpe de Estado en Chile con su gran amigo Pinochet, contra Salvador Allende. Sigue Jimmy Carter con quien se inició en realidad la actual guerra en Afganistán. Al Gore que apoyó a Bill Clinton en el bombardeo y desmembramiento de Yugoslavia, ataques contra Irak. En la historia de este premio solamente el general vietnamita Le Duc Tho distinguido junto con Kissinger lo declinó diciendo que “no puedo aceptarlo porque todavía no hay paz en mi país”.

Obama irá a recibir muy orondo su premio como lo hicieron sus ex colegas, y seguramente en ese momento muchos hombres mujeres y niños estarán muriendo por sus órdenes.

julio 02, 2010

Indocumentados, es hora de despertar

Extraído de aquí
Publicado originalmente por El Diario de NY
Por Vicky Pelaez
02 de mayo de 2009

"Acuérdese siempre que todos nosotros somos descendientes de inmigrantes y revolucionarios".
Franklin D. Roosevelt
La crisis económica no está tomando en cuenta raza, color, religión o etnia, y golpea despiadadamente a medida que avanza. Sin embargo, como todas las fuerzas devastadoras se ensaña especialmente con los más desprotegidos: los pobres e indocumentados. Conforme quiebran los negocios, la desesperación se apodera de los habitantes de Estados Unidos y cada vez más se escuchan consignas antiinmigrantes que provocan ataques xenofóbicos sangrientos, en particular contra los hispanos que son la mayoría. Estos racistas no toman en cuenta que unos 20 millones de trabajadores ilegales hispanos constituyen uno de los pilares de la economía norteamericana.

Estos hombres y mujeres, la mayoría fugitivos de la pobreza de México, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Colombia, Ecuador y los otros países latinoamericanos, son los que durante las últimas dos décadas han asumido los trabajos más peligrosos, más duros y menos remunerados en el mercado laboral, haciendo aumentar vertiginosamente las ganancias de sus empleadores. Estos trabajadores no exigen seguro médico, seguro social, seguro de retiro ni ningún otro beneficio aceptando cualquier trabajo que se les presente.

Sus pasados y presentes detractores siempre han mentido acusándolos de ser una carga para el seguro social y los gobiernos federal y local, pero es una mentira burda. La especialista Deborah White en su ensayo "Ilegal Immigration Explained" dice que ya en 1999 el Seguro Social registró 189 mil millones en sueldos en carpeta de suspenso debido al uso de tarjetas falsas del Seguro Social. Actualmente esta cantidad aumentó a unos 600 mil millones de dólares al año que significa una ganancia limpia de unos 10 mil millones de dólares al año para el Seguro Social y unos dos mil millones para el Seguro Médico a través del retorno de impuestos que jamás serán reclamados. Tal es la situación que en tres estados con mayor presencia de indocumentados: California, Texas e Illinois, de cada cien empleados más de la mitad tienen tarjetas falsas del Seguro Social, es decir son indocumentados.

De acuerdo al pastor Robin Hoover de "Human Borders", "sin los trabajadores indocumentados, la economía de EE.UU. colapsará. El problema es que necesitamos la mano de obra barata pero no necesitamos inmigrantes". Precisamente esta política de doble filo respecto a los indocumentados fue utilizada tanto por el gobierno de Bill Clinton como el de George W. Bush que estimulaban de vez en cuando periódicas redadas selectivas para quedar bien con los representantes de la extrema derecha cristiana y al mismo tiempo no desalentaban a los empresarios de usar la mano de obra indocumentada, para no perder donaciones en sus campañas electorales. Así siempre ha sido el juego político económico norteamericano.

El nuevo presidente Barack Obama expresó en su campaña electoral cierta simpatía al problema de los indocumentados. Dijo que "los hispanoamericanos han vivido en este país por generaciones y los nuevos inmigrantes latinos que han llegado solamente harán más rico a nuestro país y no existe ninguna razón para tenerles miedo".

Eran palabras alentadoras de Barack Obama pero se las llevó el viento y no se vislumbra ninguna solución, por eso, cada hispano en general, documentado o no, debe despertar, conocer lo valioso de su aporte y empezar a organizarse para exigir sus derechos. "Hay hermanos mucho por hacer" como dijo el inmortal César Vallejo.